Una discusión que veremos desarrollarse en las próximas semanas es la valoración si las autoridades respondieron a tiempo de manera adecuada. Claramente este es uno de esos puntos en donde si hay una terrible desgracia, la causa es la mala reacción de las autoridades; si hay poco muertos, pues entonces resulta que el gobierno sobre reaccionó por algún otro oscuro objetivo. Es un tema complicado, suceptible a alta politización y que requiere de mayor información para una valoración más objetiva.
Por vía de mientras, les comparto dos opiniones interesantes desde una visión externa, en dos Blogs que creo son altamente serios y manejados por académicos en sus áreas.
El primero es Marginal Economist, de Tyler Cowen, un Blog en economía con enorme audiciencia y reconocimiento, Is there a silver lining for Mexico?
El otro es un Blog dedicado a temas médicos, en particular a este tipo de epidemias, Effect Measures. Swine flu: the overreaction overreaction
6 comentarios:
Buenas tardes, Dr. La situación de la influenza ha sido tremendamente difícil. Se puede analizar el problema en distintos niveles. El hecho de visitar al doctor o a un chamán obedece a un aspecto cultural (en algunas ocasiones con usos y costumbres), pero también obedece a un aspecto educativo. Hay personas que no comen, pero tienen televisión o consumen alcohol. Sufren de una tremenda desnutrición, pero la coca-cola muchas veces está presente en su mesa. La situación es más profunda que el hecho de tener que ir con el médico. Es educar para el desarrollo. Es educar para una mejor calidad de vida. Es educar en el presente con miras hacia el futuro. La situación de la influenza es como el problema de la criminalidad. Una solución de raíz es la educación. Creo que es justo que se tome más en serio un trabajo en conjunto entre diversas secretarías para dar una posible solución a los principales problemas sociales que aquejan nuestra nación.
Otra cosa: sobre la reacción inadecuada o sobrerreacción del gobierno, también es necesario aclarar que el gob. mexicano no tiene experiencia en epidemias cuyo origen principal se haya dado aquí. Creo que es necesario empezar a tomar medidas, tal y como se empezaron a tomar después de que ocurrió el temblor de 1985, donde el gobierno esté preparado para evaluar emergencias sanitarias. También es necesario aclarar que un temblor es algo que no muta, tal y como un virus lo hace. Eso complica más la situación. Esto significa tratar de evitar que se dé el origen del virus, con medidas sanitarias más severas hacia cinturones de extrema pobreza, rastros, etc.
Como lo han mencionado, esta situación de epidemia es algo que el gobierno mexicano no estaba preparado. México no cuenta con una buena infraestructura en el sector salud, esto aunado a que la gran mayoría de la población mexicana (muchas veces por necesidad y falta de recursos), tiende a automedicarse o a preguntar a algún familiar o ir con los llamados chocheros, yerberos, etc; hace que un virus de esta naturaleza se propague fácilmente, y hace más difícil que los medidas impuestas por el gobierno para combartir la epidemia lleguen a toda población de manera oportuna. Por otro lado, creo que el gobierno ha tomado las medidas correctas y ha reaccionado favorablemente ante la situación de estar frente a un virus desconocido y con una infraestructua deficiente en el sector salud. Siempre va a ver gente inconforme, pero se ha visto que gracias al apoyo de las OSC, de las empresas, y del trabajo en conjunto con las dependecias de gobierno y organismos internacionales, la población ha sido seria en tomar las medidas señaladas por el gobierno. Y como lo señalan los expertos, México dió a conocer oportunamente el problema y ha reaccionado favorablemente, aún que estas medidas estén repercutiendo a diferentes sectores económicos, pricipalmente el turismo. Lo que es una SOBREREACCIÓN, es por parte de países ignorantes como China, que tratan a los mexicanos de una manera denigrante.
El tema de la influenza ha ido más allá de un simple aspecto de salud; la política y hasta la economía se han visto involucradas. Definitivamente la reacción del gobierno ante dicha situación ha sido muy criticable y también aplaudible. Sin embargo, en este aspecto creo que se actuó tarde. Es verdad que el mexicano tiende a automedicarse y por las cuestiones económicas, no asiste al doctor en cuanto siente malestares o síntomas; es preferible tomarse una pastilla y después ir a trabajar, que perder un día en el doctor y después comprar medicinas. Por otra parte, tanto el gobierno local como federal actuaron tarde al no darle la importancia debida y entonces sí hablar de prevenir y controlar a tiempo. Se han estado tomando medidas drásticas que obviamente, como lo mencionan en los otros blogs, están afectando otros sectores como lo es el económico que ha tenido que suspender gran parte de sus actividades, pero son medidas necesarias para combatir y controlar la epidemia. También hay que decir que se tiene desconfianza a lo que se dice en los medios de comunicación porque sabemos que siempre se trata de hacer las cosas menos graves. Sin embargo, de nada sirve hablar ya del pasado, de si se actuó a tiempo o no, simplemente creo que finalmente y con la ayuda del sector internacional, México en su totalidad, gobierno federal y local, está actuando debidamente a fin de evitar mayores pérdidas tanto humanas, como económicas.
Más allá de si el gobierno mexicano sobre reaccionó en la toma de medidas preventivas para el contagio de la influenza, habría que analizar si las decisiones adoptadas fueron las más adecuadas. Es evidente que la salud de la población es lo 'primero' que se debe de cuidar, pero ¿qué se ha hablado sobre la economía? ¿Cómo se a reactivar?
En el mensaje de ayer del presidente Felipe Calderón, se manifestó que el gabinete económico ya estaba ideando planes para arrancar nuevamente, los motores de nuestra economía. Una de las medidas que se prevé tomar es la de 'limpiar la imagen de México' y promover al país. Además de eso ¿que sí va a reactivarnos? ¿Cómo vamos a paliar los efectos de la epidemia? Es evidente una recesión mucho más prolongada de la que se estimaba por este brote viral, aunque ello no debería de implicar mayores pérdidas capitales. En cuanto a ello tengo mis dudas: la mayoría de la PYMEs tuvo que cerrar puertas y suspender en un 100% sus actividades. Aunado, ¿cómo equilibrar la disminución del ingreso en los trabajadores, cuando en los medios se está hablando que a nivel educativo, no se desea pagar horas extra?
Yo creo que más que una recesión prolongada, lo que México está por vivir es una crisis mucho más acentuada.
Comparto interesante reflexión del Dr. Jaime Breilh, médico e investigador ecuatoriano, en su columna titulada “Virus mexicanos” publicada en el periódico “El Telégrafo”:
"Los que trabajamos en la investigación de los impactos colectivos en salud sabemos que hay que hurgar profundo para comprender bien el origen, las verdaderas víctimas y aun los beneficiarios –aunque parezca mentira- de las epidemias. En la historia más reciente de la humanidad ciertas enfermedades transmisibles de rápida propagación, y que provocan efectos agudos con algún grado de letalidad, a la par que han alcanzado enorme resonancia e incluso pánico, nos dejan lecciones sobre la interpretación y el afrontamiento de estas epidemias del siglo XXI. Dicho de otro modo, la respuesta inmediata y responsable que ha dado el Ministerio de Salud a los niveles de alarma fijados por la OMS, nos tranquiliza por un lado, pero, por otro, nos confronta al desafío urgente de comprender lo que verdaderamente sucede. Al igual que la gripe aviar, la epidemia porcina y su transmisión al ser humano tienen su origen en la cría transnacional de animales. Al amparo de los tratados de libre comercio han florecido gigantes empresas porcícolas como las Granjas Carroll, en México, propiedad de Smithfield Foods, y con filiales en todo el mundo. Ese tipo de agrotecnología de punta, orientada a la elevación de la productividad se monta siempre sobre condiciones peligrosas de confinamiento animal masivo y contaminación ambiental. De ahí la multiplicación de ambientes perfectos para la recombinación de virus de distintas cepas y su diseminación. A pesar de voces de alarma de las comunidades y universidades, los mega negocios de la globalización despliegan sus maquinarias de lucro impunes y sobreprotegidas por los tratados. Los balances de esas epidemias, como sucedió con la gripe aviar, nos muestran que muchas veces su casuística no necesitó ser siquiera desbordante, con que se acumulen casos visibles y una campaña mediática que alimente el pánico, se abren jugosos negocios para las transnacionales farmacéuticas y de biotecnología como GlaxoSmithKline, Gliead Sciences y Roche, que controlan la producción de antivirales y vacunas; las epidemias son inmejorables oportunidades de negocio. En un trabajo de Silvia Ribeiro publicado en la Jornada de México (29/04/09) se explica cómo al solo anuncio de la nueva epidemia en México, las acciones de Gilead subieron 3%, las de Roche 4% y las de Glaxo 6%. Nosotros debemos desentrañar las lógicas perversas del “capitalismo del shock” y responder preguntas claves: ¿Por qué epidemias más numerosas y severas no alcanzan la resonancia y los niveles de respuesta que ameritan? ¿Por qué los gobiernos y organizaciones que defienden el capitalismo agresivo y el libre comercio, dispuestos a gastar millones en insumos curativos y vacunas, no asumen como parte de la prevención los correctivos de fondo sobre las industrias peligrosas? Y hablando de virus “mexicanos” los ecuatorianos deberíamos preguntarnos además: ¿Cuál virus es más pernicioso para un proyecto de defensa de la vida y el vivir saludable, la cepa viral porcina incubada en Veracruz, y cuyo ingreso al país será seguramente limitada, o el virus del dinero sucio del cartel mexicano de Juárez que parece haber penetrado en la política ecuatoriana?, según lo denuncia “El Comercio” de Lima y “El Mercurio” de Santiago."
¿Alguna duda?
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