En estos momentos que una enorme mayoría de la pobalción del DF esta enfrentando serios problemas del agua, cuyos origenes son diversos y complejos, y que vienen desde hace muchas décadas, por mal uso, por mala administración de las autoridades, etc. les comparto un interesante artículo en The Economist, Sin aqua non, en el que se plantea el problema en una escala global, pero en donde destaca dos aspectos de largo plazo: cambios demográficos que afectan patrones de consumo de alimentos, hacia aquellos que son intensivos en el uso del agua y un segundo aspecto referido al cambio climático.
1 comentario:
Nadie sabe a ciencia cierta qué tan costosa nos será la factura que el medio ambiente nos pasará. En este caso, los costos verdaderamente dolorosos no serán nominales, sino reales. Eso es lo que pensaría una persona que sólo piensa en el aspecto social. Sin embargo, si estamos hablando en cuestiones económicas, tanto lo nominal como lo real tienen un valor sumamente importante.
Es necesario en estos momentos pensar en los dos valores. El valor nominal de la escasez de agua serán las pérdidas monetarias que se tengan por la falta de producción de cereales, peces u otras clases de alimentos. El valor real irá de la mano con la interdependencia que se creará entre las relaciones internacionales y humanas para sobrevivir ante un mundo que, hasta ahora, nos está dando un poco de prórroga antes de demostrar daños irreversibles.
Creo que el error ha sido pensar este problema en términos nominales, cuando el costo real tendrá consecuencias ambientales y sociales inéditas.
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