Ahora que el receso navideño ha concluido (aunque al puente Guadalupe-Reyes aún le queden un par de días) habrá que regresar a la triste realidad económica que nos espera para el 2009. Por lo pronto el gobierno parece haber arrancado sus motores con la reunión que realizó el Presidente con su gabinete legal el día de ayer, y en la cual se tocó el tema de las difíciles condiciones económicas que estaremos enfrentando este año junto con el resto del mundo (al menos eso dicen los reportes de prensa). Lo que no queda claro es si el gobierno anunciará medidas inmediatas adicionales o esperará a la realización del publicitado debate en el Congreso a finales de este mes. En realidad existen acciones que pueden tomarse independientemente del mencionado debate.
Sin embargo creo que lo primero que deberá hacer la administración es la de notificarnos cuáles son sus previsiones económicas ajustadas para este año. Esto es, cómo ve el problema, pues de lo contrario no se entendería su posicionamiento respecto a medidas o acciones adicionales. Prácticamente todos los analistas ya han ajustados sus proyecciones para el 2009 ubicando un terrible primer trimestre y un crecimiento nulo en su mayoría para todo el año en promedio. ¿Dónde se colocará Hacienda, ahora que cuenta con mayor información? Es importante que defina con claridad su política fiscal para los próximos meses, pues la aprobada hace un mes está construida sobre un marco macroeconómico ya rebasado. No es recomendable mantener bajo incertidumbre por más tiempo a los actores privados, al menos esto es lo que nos sugiere la teoría económica.
Otra decisión importante es si el gobierno realmente permitirá abrir y participar en una discusión amplia sobre el tema con resultados concretos, o si sólo será una acción mediática. Pero esta pregunta es válida para el Legislativo. Será frustrante que un evento de esa envergadura se convierta sólo en un desfile de pasarela de “nombres”, pero poca sustancia, o en una rebatinga por posibles rebanadas adicionales de pastel.
Pero de igual forma sería deseable saber que tiene en mente nuestra autoridad monetaria, pues si bien existen tiempos establecidos para hacer pública su política monetaria, las condiciones actuales requieren de una mayor difusión de información, mayor transparencia y claridad y otros tiempos. ¿Estará considerando ya un relajamiento de su posición monetaria? No es una decisión fácil, no tanto por la inflación, sino por lo que ha sucedido y aún puede suceder con el tipo de cambio (y entonces sí indirectamente sobre la inflación).
Es un año de serios e inusuales retos y las decisiones de política económica, adecuadas y en tiempo, serán cruciales. ¿Qué vendrá?
Otra decisión importante es si el gobierno realmente permitirá abrir y participar en una discusión amplia sobre el tema con resultados concretos, o si sólo será una acción mediática. Pero esta pregunta es válida para el Legislativo. Será frustrante que un evento de esa envergadura se convierta sólo en un desfile de pasarela de “nombres”, pero poca sustancia, o en una rebatinga por posibles rebanadas adicionales de pastel.
Pero de igual forma sería deseable saber que tiene en mente nuestra autoridad monetaria, pues si bien existen tiempos establecidos para hacer pública su política monetaria, las condiciones actuales requieren de una mayor difusión de información, mayor transparencia y claridad y otros tiempos. ¿Estará considerando ya un relajamiento de su posición monetaria? No es una decisión fácil, no tanto por la inflación, sino por lo que ha sucedido y aún puede suceder con el tipo de cambio (y entonces sí indirectamente sobre la inflación).
Es un año de serios e inusuales retos y las decisiones de política económica, adecuadas y en tiempo, serán cruciales. ¿Qué vendrá?
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