En un interesante artículo, Wall Street´s Toxic Message, Stilgitz hace una interesante reflexión sobre una posible consecuencia negativa de esta crisis en los países en desarrollo en términos de su percepción sobre la economía de mercado. El artículo es algo largo y hace una revisión histórica del desarrollo de algunas economías, así como del papel del Banco Mundial y del Fondo. Sabemos que Stiglitz ha tomado en los últimos años una posición de fuerte crítica a estos organismos y en general al modelo económico seguido en su versión que él denomina “fundamentalistas del mercado”, esto es, la idea de que un mercado sin restricciones por sí solo puede garantizar prosperidad económica y crecimiento. Señala que ahora “sólo los ilusos pueden argumentar que los mercados se corrigen solos o que podemos descansar en el comportamiento guiado por el interés individual de los participantes en el mercado para garantizar que todo funciona honestamente y de manera adecuada”. Destaca como la crisis actual ha mostrado las fallas en el sistema económico y social americano.
Sin embargo, su punto central y final es enfatizar su preocupación por el posible efecto de este hecho y que afectaría a los países en desarrollo, quienes terminarían obteniendo las Conclusiones Incorrectas. Señala que el gran riesgo esta en la creciente probabilidad de que estos países opten por esquemas, si no tipo el viejo estilo comunista, si otro tipo de formas variadas de una excesiva intervención en los mercados. Y en su juicio, esto terminará también por fracasar. Es cierto que los pobres han sufrido con el fundamentalismo de mercado, pero también sufrirán con este tipo de regímenes, que no conducirán al crecimiento.
La fórmula que propone y que se debe derivar como enseñanza de la actual situación es un esquema que permita un papel balanceado entre mercado y estado, pero con un estado fuerte que administre efectivamente la regulación.
En fin, es sólo un breve resumen y vale la pena leer el artículo, pues creo que a Stiglitz se le ha mal interpretado en los últimos años.
Sin embargo, su punto central y final es enfatizar su preocupación por el posible efecto de este hecho y que afectaría a los países en desarrollo, quienes terminarían obteniendo las Conclusiones Incorrectas. Señala que el gran riesgo esta en la creciente probabilidad de que estos países opten por esquemas, si no tipo el viejo estilo comunista, si otro tipo de formas variadas de una excesiva intervención en los mercados. Y en su juicio, esto terminará también por fracasar. Es cierto que los pobres han sufrido con el fundamentalismo de mercado, pero también sufrirán con este tipo de regímenes, que no conducirán al crecimiento.
La fórmula que propone y que se debe derivar como enseñanza de la actual situación es un esquema que permita un papel balanceado entre mercado y estado, pero con un estado fuerte que administre efectivamente la regulación.
En fin, es sólo un breve resumen y vale la pena leer el artículo, pues creo que a Stiglitz se le ha mal interpretado en los últimos años.
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