Después de intensos debates, parece ser que finalmente se ha llegado a un acuerdo para rescatar a las tres grandes firmas automotrices norteamericanas Ford, GM y Chrysler. La propuesta del Congreso Norteamericano apunta a una cifra entre 15 y 17 mil millones de dólares, aproximadamente la mitad de lo que solicitaban. Mucho se ha escrito sobre el origen de los problemas de estas compañías, que va más allá de la presente crisis y reflejan en gran medida ineficiencias desde hace muchos años. Dejarlas quebrar obligaría a corregir buena parte de estas ineficiencias, mientras que un rescate no lo hará. Desde luego que el debate académico va más allá, cuestionando qué debe ser rescatado y qué no. Los recientes rescates de AIG, Bear Stearns o de estas empresas seguramente generarán una amplia literatura teórica y empírica en los próximos meses y años. Por el momento vale la pena revisar una nota reciente de Oliver Hart y Luigi Singales, Economists Have Abandoned Principles. Pero el punto adicional que quiero presentar es que si bien el rescate es un problema para los contribuyentes norteamericanos, para México puede ser una buena noticia debido a la importancia de esta rama de actividad en nuestro país y su vinculación con nuestro vecino del norte. Adicionalmente, en la medida que la decisión del Congreso no implique la solución de fondo de estos problemas corrigiendo ineficiencias, y considerando el comportamiento del tipo de cambio, ¿no sería una oportunidad para México generar condiciones para atraer mayor inversión en este ramo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario