El ambiente político electoral en México esta llegando a su climax, a su punto más alto a unas horas de que aplique la veda electoral previa a las elecciones del próximo domingo. Durante los últimos meses hemos visto de todo en los medios y en las redes sociales. Todo tipo de historias construidas a partir de un evento, de un acto de un candidato, de un error, de una declaración, de una acusación, de un movimiento, de un hecho pasado, en fin, de cualquier cosa... historias que en la percepción popular se convierten en verdades absolutas y definitivas... no importa el color: rojas, amarillas, azules, verdes, naranjas, en fin todo el arco iris.
En este entorno quiero compartir la siguiente reflexión basada en el pensamiento de Daniel Kanehman, uno de los padres de la Economía del comportamiento, cuando hace referencia a al noción de una falacia narrativa para describir cómo historias equivocadas del pasado modelan nuestra visión del mundo y nuestras expectativas del futuro. En particular, es muy facil construir una historia coherente cuando se conoce poco, cuando tenemos pocas piezas que encajen en el rompecabezas. Nuestra convicción confortable de que el mundo hace sentido descansa en un fundamento seguro: "nuestra siempre ilimitada habilidad para ignorar nuestra ignorancia"
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