El tema de la ética académica en los trabajos de asesoría y consultoría nos es nuevo, pero se convirtió en un tema caliente a raíz de la crisis, lo cual se expresa de manera cruda en la película Inside Job. El punto central es que muchos profesores de renombre en universidades de prestigio son contratados por entidades privadas, grupos financieros o gobiernos foráneos, para realizar estudios que son pagados con cifras estratoféricas, y cuyos resultados son poco claros. Dicho de otra forma, terminan validando los resultados que esperaban los que los contrataron. Existe una relación no deseable entre la entidad contratante y el académico que usualmente es reconocido en el medio, pero además forma parte de una Universidad o Institución de prestigio. El problema es aún mayor cuando el académico o consultor no es realmente reconocido en su medio por méritos propios, pero hace uso del nombre de su institución que sí es reconocido por el mercado!!!
Hoy, en un editorial, Predators and Professors, Simon Johnson vuelve a tocar el tema, en particular vinculado a los grupos financieros.
Este no es un tema ajeno a la academia fuera de Estados Unidos, incluida la mexicana, y sobre el cual vale la pena reflexionar más seriamente.
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