La crisis europea sigue su curso, más bien profundizándose que mostrando signos de solución. Pero uno de los temas centrales en esta crisis es su impacto sobre el mercado laboral de los países afectados ya que uno de los requisitos en la solución es la de mejorar su posición competitiva lo que necesariamente significa ajustar los salarios a la baja. En las crisis de deuda de los países de América Latina, como en México, esto se logró en parte mediante una fuerte devaluación e inflación, lo que tumbó los salarios reales. Pero esa es parte de la tragedia de Grecia, Portugal o España. Ellos no pueden recurrir a este expediente pues son parte de una moneda única que ellos no controlan, el euro. En consecuencia este requisito requiere de dísminuciones nominales en los salarios, y esta media conduce naturalmente a serios conflictos sociales y políticos.
Grecia: para que pueda acceder a la segunda parte del paquete de ayuda, este país tiene que aprobar otro nuevo conjunto de medidas de auteridad que incluyen entre otras cosas recortes en los salarios y pensiones. Esta aprobación fue abortada a fines de esta semana y provocó una crisis en el gabinete griego, al renunciar un ministro y cinco viceministros. Ahora, el primer ministro Papademus (recordemos que está ubicado en el grupo de los tecnócratas que recientemente nombrados en Gracia o Italia) espera que mañana domingo se apruebe el paquete.
España: en este país se acaba de aprobar un decreto ley de reforma laboral que, entre otras cosas, permite a las empresas modificar “la cuantía salarial” para ganar competitividad y los directivos podrán decidir bajar el salario a los empleados menos productivos. Se esperan huelgas en los próximos días.
.
A pesar de estas dolorosas medidas, se mantiene el sentimiento de que esto no será suficiente y que eventualmente Grecia, por ejemplo, tendrá que "quebrar", por decirlo de alguna forma. Esta es la posición que yo he sostenido desde hace ya tiempo. Un ejemplo de este sentimiento lo refleja el periódico de centro derecha Frankfurter Allgemeine Zeitung:
"The Greek misery has no end. This is true in two senses. On the one hand, the way in which the negotiations over the next bailout are dragging on ... feeds doubts that Greece will be rescued -- and whether it even can be rescued."
"The other side of the Greek misery is more tangible. Even though they were never fully implemented, the series of austerity programs have brought the economy to a standstill and forced the people, who are continually being asked to make new sacrificies, onto the streets. ... Greece presents a desolate picture, in terms of its economic structures, competitiveness, social cohesion and political system. In other parts of the world, it would be called a failed state. It is time that the Europeans admit that fact and take the necessary action."
"Whether the resulting conclusion is that Greece can no longer be saved from bankruptcy, or whether it should be persuaded -- or forced -- to leave the euro zone, is ultimately a question of math. Which option will end up being more expensive for Greece and its public and private-sector creditors? No finance minister knows the answer, and no economist can calculate it reliably. This uncertainty is deadly, both for the markets and for countries. It must be ended quickly."
Esta es la opinión de prácticamente toda la prensa alemana como lo registrá Spiegel on line. La insolvencia parece inevitable, pero se sigue buscando evitarla o negarla, como lo señala este post de Felix Salmon
The Eurocrats are petrified of a Greek insolvency because they know it risks spilling over into Portgual and the rest of the continent. Sovereign defaults tend to be contagious — look at Latin America in the 1980s. But since a default in Greece is inevitable at this point, best it get done sooner rather than later. The German press has worked this out; it remains to be seen how long Europe’s technocrats can remain in denial.
Al tiempo....
Grecia: para que pueda acceder a la segunda parte del paquete de ayuda, este país tiene que aprobar otro nuevo conjunto de medidas de auteridad que incluyen entre otras cosas recortes en los salarios y pensiones. Esta aprobación fue abortada a fines de esta semana y provocó una crisis en el gabinete griego, al renunciar un ministro y cinco viceministros. Ahora, el primer ministro Papademus (recordemos que está ubicado en el grupo de los tecnócratas que recientemente nombrados en Gracia o Italia) espera que mañana domingo se apruebe el paquete.
España: en este país se acaba de aprobar un decreto ley de reforma laboral que, entre otras cosas, permite a las empresas modificar “la cuantía salarial” para ganar competitividad y los directivos podrán decidir bajar el salario a los empleados menos productivos. Se esperan huelgas en los próximos días.
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A pesar de estas dolorosas medidas, se mantiene el sentimiento de que esto no será suficiente y que eventualmente Grecia, por ejemplo, tendrá que "quebrar", por decirlo de alguna forma. Esta es la posición que yo he sostenido desde hace ya tiempo. Un ejemplo de este sentimiento lo refleja el periódico de centro derecha Frankfurter Allgemeine Zeitung:
"The Greek misery has no end. This is true in two senses. On the one hand, the way in which the negotiations over the next bailout are dragging on ... feeds doubts that Greece will be rescued -- and whether it even can be rescued."
"The other side of the Greek misery is more tangible. Even though they were never fully implemented, the series of austerity programs have brought the economy to a standstill and forced the people, who are continually being asked to make new sacrificies, onto the streets. ... Greece presents a desolate picture, in terms of its economic structures, competitiveness, social cohesion and political system. In other parts of the world, it would be called a failed state. It is time that the Europeans admit that fact and take the necessary action."
"Whether the resulting conclusion is that Greece can no longer be saved from bankruptcy, or whether it should be persuaded -- or forced -- to leave the euro zone, is ultimately a question of math. Which option will end up being more expensive for Greece and its public and private-sector creditors? No finance minister knows the answer, and no economist can calculate it reliably. This uncertainty is deadly, both for the markets and for countries. It must be ended quickly."
Esta es la opinión de prácticamente toda la prensa alemana como lo registrá Spiegel on line. La insolvencia parece inevitable, pero se sigue buscando evitarla o negarla, como lo señala este post de Felix Salmon
The Eurocrats are petrified of a Greek insolvency because they know it risks spilling over into Portgual and the rest of the continent. Sovereign defaults tend to be contagious — look at Latin America in the 1980s. But since a default in Greece is inevitable at this point, best it get done sooner rather than later. The German press has worked this out; it remains to be seen how long Europe’s technocrats can remain in denial.
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