En mi post anterior realicé un comentario sobre el manejo del precio de petróleo esperado en las discusiones de la Ley de Ingresos cada año y en esta ocasión no es la excepción. Mi punto principal es que cómo fijar esta variable no es cuestión de corazonadas ni de cómo cuadrar los ingresos al gasto propuesto.
El precio del petróleo es una variable clave en el ingreso público en México. Pero también he comentado que es una variable muy difícil de pronosticar. No existe algún modelo suficientemente consistente y adecuado (y si alguien lo tiene seguro es archi millonario). No solo depende de las condiciones de oferta y demanda, sino que otros factores en el entorno económico, político y militar mundial afectan su comportamiento. Sólo recordemos que en 1998 exportamos un barrila 8 dólares y en el 2008 a más de 130 dólares.
La caída re ciente parece explicarse no sólo por la débil economía mundial, sino por la creciente producción en Estados Unidos. Sin embargo, lo que ocurra en los próximos meses no sólo dependerá de esto, sino de la respuesta estratégica de Saudi Arabia. El punto es que la producción en USA ha crecido, pero es muy costosa y el precio de quiebre de la mayoría de estos pozos puede estar entre 60 y 80 dólares. Por otro lado, Saudi Arabia usualmente funciona como el productor en el margen para defender el precio, pero igual ahora no quiere hacerlo y sí desplazar a estos nuevos productores. Esta es una interesante hipótesis de James Hamilton, uno de los académicos que más respeto en el tema y vale la pena ver esta nota de su blog.
En todo caso, para México es un tema estratégico, que si no lo atiende de la manera adecuada, podríamos ver serios problemas en las finanzas públicas el próximo año que podrían incluso llevar a que no se cumpla nuevamente la meta de crecimiento esperado para la economía.
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