Esta es una historia real con nombres ficticios.
Finalmente habían llegado los días de descanso de semana santa. Era jueves y Armando y Eloísa dormían tranquilamente. De repente, a las 7 am, sonó el teléfono: "¿Bueno?" contestó Armando. "Se encuentra Ernesto Pérez", contestó una voz femenina. "No, está fuera de la ciudad, quien habla?" ... "hablamos de Bancomer en relación a su tarjeta Afinidad UNAM...la fecha de pagó ha pasado y tiene un adeudo que tiene que cubrir". Con asombro Armando le comentó que Ernesto estaba fuera de la ciudad, pero regresando haría su pago. Pero el mayor asombro era porque no entendía cómo Ernesto había obtenido una tarjeta de crédito siendo un estudiante universitario sin ingresos!! ¿Cómo le habían otorgado una tarjeta?
En fin, el punto es que durante esos días de descanso recibió diariamente llamadas desde las 7 am y de nada sirvió explicarle que se pagaría tan pronto iniciara la semana hábil. Contactó a Ernesto y obtuvo información de las mismas llamadas y efectivamente, le habían otorgado una tarjeta "Afinidad UNAM" de Bancomer con una línea de crédito por 15 mil pesos sin mayor requerimiento de información sobre sus ingresos o capacidad de pago. Sin entender lo que significaba tener un instrumento financiero de este tipo, había realizado gastos y ahora la cuenta estaba casi topada. Esto era una desgracia.
Lo peor de todo es que gran parte de los que obtienen una tarjeta no se dan cuenta del tipo de producto debido al analfabetismo financiero ampliamente extendido en la población.
Este instrumento terriblemente caro y termina siendo un abuso: en la página web del banco se señala que tiene un CAT promedio del 77.4% sin IVA!!!!! una comisión anual de 580 esos (sin IVA) y una tasa de interés promedio ponderada por saldo del 50%. Un verdadero atraco. Y es importante enfatizar que la página señala el requisito de demostrar un ingreso mínimo mensual de 10 mil pesos.
Cuando regresó Ernesto de sus vacaciones, sus papás le explicaron la tontería de la decisión y lo que implicaba. Ahora habría que realizar el pago, no volver a usarla y cancelarla tan pronto fuera posible.
Pero esta historia tiene elementos MUY importantes a considerar
1. Es cierto que Ernesto actuó de manera irresponsable. Pero en gran parte demuestra la falta de alfabetismo financiero en nuestra población. No entienden para qué sirve un crédito; que es una tasa de interés compuesto, que provoca que su deuda crezca de manera explosiva. Es necesario impulsar políticas públicas que permitan mayor alfabetismo financiero, particularmente a los jóvenes a través de la escuela.
2. Sin embargo, también hay que enfatizar la alarmante irresponsabilidad de los intermediarios financieros en nuestro país, en este caso Bancomer. Existe una amplia literatura que muestra cómo nuestra banca no ha sido capaz de generar el crédito necesario para la inversión productiva, pero ha encontrado un nicho muy rentable en el cobro de altas comisiones por todo tipo de servicios y en la generación de crédito al consumo. Y nuestra autoridad regulatoria simplemente muestra sus limitaciones.
3. Peor aún, este crédito al consumo lo está otorgando sin ningún criterio sobre riesgos o capacidad de pago del cliente. Parece que ya se olvidaron de la crisis de 1995, aunque en realidad el problema es que saben que el gobierno los rescatará como lo hizo en el pasado, a costa de nuestros impuestos. Es una banca altamente irresponsable que está tomando riesgos innecesarios por culpa de una regulación deficiente.
En este sentido, ¿para qué queremos inclusión financiera con este tipo de banca que sólo busca obtener beneficios seguros y extraer rentas de los consumidores por sus prácticas monopólicas?
Finalmente un consejo a los jóvenes. Cuidado con estos productos... antes de solicitarlos o aceptarlos, entiendan cómo funcionan y que implica en cuanto a costos... es importante el alfabetismo financiero.
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