viernes, 26 de junio de 2015

A Propósito del Informe Oxfam México: Opinión de un Alummno

Comparto esta opinión de un alumno del CIDE, con la finalidad de promover la opinión y el debate. Aclaro que sólo Luis Felipe Velázquez es responsable de esta opinión.


Pues leí el reporte completo que elaboró el Doctor Gerardo Esquivel para Oxfam México. Es un trabajo que aplaudo con singular vehemencia. En él se exponen cifras y situación cuyo más leal adjetivo es: aterradoras. Seguramente en distintos medios ya habrán podido escuchar de ellas. Sin embargo, considero que es un trabajo que se queda en lo expositivo sin lograr ser un sustancial planteamiento propositivo. El trabajo concluye planteando cinco propuestas para combatir la desigualdad en México. Dos de ellas son, primero, un gasto mejor focalizado, basándose en una eficientización de los gastos sectoriales y regionales; y segundo, aumentar y mejorar la transparencia y rendición de cuentas, para lo que propone hacer públicas las declaraciones patrimoniales de todos los funcionarios públicos. No hay mucho que comentar sobre estas dos, son buenas y hasta lógicas. Sin embargo, me decepciona un poco el planteamiento de las otras tres. En primer lugar, plantea que el Estado de Bienestar debe desaparecer y en su lugar trabajar un “Estado Social”. Lo que quiere decir con eso es que el Estado debe dejar de “dar” y debe, en su lugar, “garantizar”. En general, la propuesta se limita a que el Estado debe “asegurar” el “acceso” a servicios de calidad. ¿Entonces esto no es “dar”? Si la propuesta se refería a garantizar que los ciudadanos puedan tener remuneraciones o ingresos suficientes para acceder a esos servicios, hubiera valido la pena explicitarlo. De otro modo, no me queda claro de qué viene la propuesta. En segundo lugar, y naturalmente, plantea una política fiscal más progresiva. En este sentido, propone varias acciones con las que coincido, como gravar los ingresos, herencias y patrimonio del quintil de ingresos más alto de la población, aproximadamente. Sin embargo, en la propuesta no menciona el impuesto al consumo. Este tema lo aborda en el desarrollo del trabajo para afirmar que este impuesto es completamente regresivo. Me hubiese gustado que se profundizara más en este súper polémico aspecto y propusiera algo al respecto. Por último, propone un cambio en la política salarial. Expone que la actual política “es casi vergonzosa” porque sigue orientada a la contención de la inflación cuando, afirma, el salario mínimo ya no tiene efectos inflacionarios. Sin embargo, se limita a decir que “no existe evidencia reciente” que demuestre lo contrario y nunca explica por qué es que el salario mínimo ya no tiene esos efectos. Ni si quiera se cita alguna investigación que se haya encargado buscar dicha “inexistente evidencia” sin poder encontrarla. Lo anterior es referente a las propuestas y es por lo que, considero, el trabajo es meramente expositivo y no logra ser sustancialmente propositivo. Además, a lo largo del texto hay algunos argumentos o afirmaciones que me dieron comezón. Por ejemplo, en el apartado “Reparto Capital-Trabajo”, el Dr. Esquivel afirma que el cambio en la distribución funcional del producto en favor del factor capital por encima del factor laboral sólo puede explicarse por dos cosas: un aumento considerable del tamaño del capital en México o “un aumento en la capacidad de negociación de los dueños del capital para apropiarse de una porción mayor del valor agregado.” Aparentemente adoptando la segunda, afirma que esta “colosal redistribución funcional del ingreso” hacia el capital, explica (en parte) la creciente evolución de la desigualdad en México. A mi parecer, existe una buena probabilidad de que el cambio en la distribución funcional del producto en favor del factor capital se deba al desarrollo tecnológico. Haría falta revisar las series históricas de esta distribución funcional del producto en otros países (no las encontré después de buscarlas rápidamente), cotejarlas con su desarrollo tecnológico y compararlas con el desempeño de la desigualdad distributiva del ingreso en esos países. En conclusión, quiero hacer énfasis en el gusto que me dio tanto conocer el trabajo como el impacto en medios que con méritos se ha ganado. Esfuerzos como éste evitan que este tema absolutamente relevante se aleje de la agenda pública. Sin embargo, la desigualdad en México es evidente a través de innumerables canales, por lo que es momento de ponernos a plantear soluciones serias, explícitas, viables, fundamentadas y sustanciales para combatir este cáncer.